Los ángeles se encuentran presentes en las creencias de muchas religiones sirviendo a Dios o asistiéndole como sus mensajeros, también buscando la protección de los seres humanos. A su vez, existe la figura antagónica del “ángel caído”, aquel expulsado del cielo por desobedecer o rebelarse contra Dios. El más conocido de ellos sería Lucifer.
"Ángel" procede del latín Angelius, que a su vez deriva del griego ἄγγελος ángelos, "mensajero". La palabra hebrea más parecida es םַלְאָךְ mal'ach, con el mismo significado. La llegada de los ángeles a la religión judía proviene de la influencia del mazdeísmo del cual surge la intrincada relación entre el bien y el mal. Esta influencia surge específicamente de los persas: para ellos un ángel habría sido el encargado de revelar “la verdad” a Zoroastro.
Con el tiempo los ángeles tomarán características cada vez más espirituales dejando de lado todo aspecto vinculado a los varones humanos, con una función cada vez más especializada: ángeles que sirven solo a Dios, ángeles mensajeros y ángeles que castigan (Imagen: Guido Reni. San Miguel Arcanguel vence a Lucifer. 1636).
"Ángel" procede del latín Angelius, que a su vez deriva del griego ἄγγελος ángelos, "mensajero". La palabra hebrea más parecida es םַלְאָךְ mal'ach, con el mismo significado. La llegada de los ángeles a la religión judía proviene de la influencia del mazdeísmo del cual surge la intrincada relación entre el bien y el mal. Esta influencia surge específicamente de los persas: para ellos un ángel habría sido el encargado de revelar “la verdad” a Zoroastro.
Con el tiempo los ángeles tomarán características cada vez más espirituales dejando de lado todo aspecto vinculado a los varones humanos, con una función cada vez más especializada: ángeles que sirven solo a Dios, ángeles mensajeros y ángeles que castigan (Imagen: Guido Reni. San Miguel Arcanguel vence a Lucifer. 1636).
La Iglesia católica acepta solo aquellos ángeles con nombres como Miguel, Rafael y Gabriel, la Iglesia ortodoxa griega y la Iglesia ortodoxa copta reverencian, también a Uriel. Pero hay referencia a otros ángeles como Baraquiel, Alamiel, Letiel o Laeiel, Sealtiel, Jehudiel y Barachiel.
Los ángeles ocuparían una jerarquía desde la cima donde se ubican los serafines. luego los querubines y finalmente los tronos (especialmente en la clasificación de Dionisio Areopagita en su obra “La Jerarquía Celeste”).
Lucifer o Satanás hace referencia a aquel ángel caído mencionado en el Génesis 6, como instigador principal del mal. El término deriva del verbo hebreo "satan", que significa oponerse, luego traducido a "diabolos" dando origen al término diablo. La historia de estos ángeles caídos y el ulterior triunfo de Dios y sus ángeles se puede leer en detalle en libros apócrifos como el conocido libro de Enoch (Enoc).